domingo, 1 de diciembre de 2019
No me he equivocado, son las Casas Colgadas de Cuenca, pero es que allí mismo, Sergio Vera Valencia hace ya más de diez años que creó un club de lectura especializado en género negro, uno de los más importantes y grandes del estado español.
Por si fuera poco, se metió a comisario del festival del mismo nombre, Las Casas Ahorcadas, al que cada año invitan a un buen puñado de escritores y escritoras de novela negra.
Y como Sergio es una de esas personas que no saben estarse quietas, durante todo el curso anual del club, se dedica a invitar a autores y a llevarlos al club de lectura para enfrentarse al exigente criterio de los participantes.
También ha creado una actividad cultural para introducir a los adolescentes a la lectura en general y a la negra en concreto con un programa escolar llamado "Con sangre entra".
Y como yo soy como él, de las que se apuntan a un bombardeo, no le he dicho que no a nada.
El 29 de noviembre me fui a Cuenca.
Por la mañana a tener una charla con dos grupos de alumnos, más de doscientos en total, que durante la semana habían estado trabajando sobre dos relatos míos (Metamorfosis y Zumbido) el tema del micromachismo, la violencia de género y la igualdad (no en vano era la semana Contra la Violencia Machista) en el IES Pedro Mercedes, que este mismo año ha sido galardonado con un premio sobre Igualdad en la provincia.
Por la tarde, presentación de la novela En blanco y negro, con Sergio Vera como conductor del evento y la participación de María Ángeles Martínez, delegada en Cuenca de la Junta de Comunidades.
La presentación fue magnífica, distendida y divertida. Sergio había preparado muy buenas preguntas para exprimir al máximo la presentación.
Tras unos minutos de pausa en las que no paré de firmar libros y de charlar con las personas asistentes, empezamos el club de lectura.
Habló prácticamente todo el mundo, se generó debate, dijeron lo que pensaban, los pros, los contras, salieron montones de preguntas y anécdotas. Uno de los clubes más completos e interesantes al que he tenido el placer de asistir.
Y por la noche, en la cena, entre plato y plato y copas de vino, la charla sobre novela negra continuó.
Solo tengo palabras de agradecimiento por la acogida de este selecto grupo de lectores y lectoras y de su ideólogo, Sergio Vera.
Por si fuera poco, se metió a comisario del festival del mismo nombre, Las Casas Ahorcadas, al que cada año invitan a un buen puñado de escritores y escritoras de novela negra.
Y como Sergio es una de esas personas que no saben estarse quietas, durante todo el curso anual del club, se dedica a invitar a autores y a llevarlos al club de lectura para enfrentarse al exigente criterio de los participantes.
También ha creado una actividad cultural para introducir a los adolescentes a la lectura en general y a la negra en concreto con un programa escolar llamado "Con sangre entra".
Y como yo soy como él, de las que se apuntan a un bombardeo, no le he dicho que no a nada.
El 29 de noviembre me fui a Cuenca.
Por la mañana a tener una charla con dos grupos de alumnos, más de doscientos en total, que durante la semana habían estado trabajando sobre dos relatos míos (Metamorfosis y Zumbido) el tema del micromachismo, la violencia de género y la igualdad (no en vano era la semana Contra la Violencia Machista) en el IES Pedro Mercedes, que este mismo año ha sido galardonado con un premio sobre Igualdad en la provincia.
Por la tarde, presentación de la novela En blanco y negro, con Sergio Vera como conductor del evento y la participación de María Ángeles Martínez, delegada en Cuenca de la Junta de Comunidades.
La presentación fue magnífica, distendida y divertida. Sergio había preparado muy buenas preguntas para exprimir al máximo la presentación.
Tras unos minutos de pausa en las que no paré de firmar libros y de charlar con las personas asistentes, empezamos el club de lectura.
Habló prácticamente todo el mundo, se generó debate, dijeron lo que pensaban, los pros, los contras, salieron montones de preguntas y anécdotas. Uno de los clubes más completos e interesantes al que he tenido el placer de asistir.
Y por la noche, en la cena, entre plato y plato y copas de vino, la charla sobre novela negra continuó.
Solo tengo palabras de agradecimiento por la acogida de este selecto grupo de lectores y lectoras y de su ideólogo, Sergio Vera.
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